Orestes Katorosz

El Isidoro Cañones del Fútbol. Estereotipo del playboy argentino y conocedor de cuanto rubro laboral exista en el Mundo, se las ingenió para ganarse un espacio en el ambiente de la pelota gracias a su perfil amigable y a su novedoso sistema de entrenamiento, que dio mucho que hablar cuando pudo implementarlo. No hay demasiadas voces que certifiquen sus buenas cualidades de jugador, pero así y todo pudo probarse en el Cosmos de New York a princicios de los 80’s, compartiendo entrenamientos con glorias como Beckenbauer, Chinaglia y Neeskens. En Estados Unidos fue parte de varios equipos a nivel a amateur y una vez retirado comenzó a perfeccionar su interés por la táctica y la estrategia. En los 90’s su relación con el fútbol estuvo ligada a participaciones breves pero intensas: además de colaborar en las Eliminatorias de USA ‘94 en el plantel informático del DT de Australia, el escocés Eddie Thompson, asesoró a otros colegas en los Juegos Juveniles Bonaerenses y en el año 2000 tuvo su bautismo como entrenador de un conjunto de AFA. Sí, All Boys confió en su frondoso currículum y especialmente en la plata que prometía el grupo empresario que lo acercaba, y le dio la chance de dirigir en la Primera B Nacional. En el debut, ante Tigre, los periodistas, los hinchas del Albo y los amantes del deporte en general comenzaron a conocer al verdadero Orestes.Cuando los jugadores salieron a la cancha el público comprobó el primer cambio notorio: la numeración. Para confundir al rival, los delanteros tenían los números 2 y 3 en sus camisetas, y Fernando Batista que se desempeñaba de defensor, por ejemplo, tenía el 11.La técnica de distracción desconcertó al Matador durante la primera mitad y rápidamente All Boys se puso 2 a 0 (goles de Diz). En el complemento Tigre empató (Maggiolo y Artime) y aunque se habían perdido 2 puntos los simpatizantes del club de Floresta sabían que una revolución había empezado. Más teniendo en cuenta que en el entretiempo Katorosz se había acercado a la tribuna “para saludar a unos amigos“.

Su paso la segunda división de la Argentina terminó, según él mismo, con una eficacia 56% que incluye una victoria ante el Almagro de Pascutti, con un gol del baldosero Laffatigue.Pero lo que realmente llamaba la atención eran sus métodos de entrenamiento. Además de hacer practicar descalzos a los jugadores o hacerlos almorzar sólo cereales antes de los partidos, también incluía sesiones de yoga y natación durante la semana, basándose en el estado físico y espiritual.



Fuente: www.enunabaldosa.com.ar

4 comentarios:

Anónimo dijo...

un genio incomprendido

Anónimo dijo...

jajajja era un fenomeno...

Kluivert dijo...

Orestez es un genio, totalmente de acuerdo.

Anónimo dijo...

A mi me sorprendió ver como a los del Albo los hacía trotar con un consolador XL en el orto, para que se vayan adaptando a la sucesión de porongas que se iban a comer por popa. Un adelantado.