Verde cielo.


Hace unos fines de semana, se jugó la última fecha del año de la primera D y unos de los partidos era el clásico Midland - Ituzaingó en Libertad.

Como la AFA y el Coprosede han prohibido la entrada de hinchas visitantes a las canchas del ascenso, los hinchas de Ituzaingó pensaron en una opción para burlar la medida y alentar a su equipo.

Alquilaron una avioneta, sobrevolaron la cancha del Funebrero y pasaron grabaciones de la hinchada alentando.

Luego del partido, que finalizó 2-2 y extendió la racha de Ituzaingo de 33 años sin perder contra su rival, lanzaron volantes por todo el barrio de Libertad y alrededores con una frase que rezaba "Hace 33 años que te comés la misma p..."

Puerto Nuevo

El club es fundado en 1939 por un grupo de amigos para participar en los campeonatos barriales de la ciudad. El nombre proviene de la película Puerto Nuevo, protagonizada por Pepe Arias. Los colores fueron elegidos tomando como modelo los del club Atlanta , de la ciudad de Buenos Aires.
En 1950 se compran los terrenos para la primer sede propia, la misma se termina de construir en el año 1958.

En 1975, luego de tres años de gestión se logra una plaza para competir en la división Amateur del fútbol argentino, la más baja de las organizadas por la AFA. Ese mismo año Puerto Nuevo juega su primer partido oficial, de visitante en San Miguel contra el club Juventud Unida (Puerto Nuevo pierde por 2 a 1).

En 1984 el club se asocia con el Círculo Italiano de Campana, y cambia su nombre por el de Puerto Italiano. La sociedad dura solamente un año, pero el nombre se mantiene por cuestiones económicas hasta 1987, cuando se vuelve a cambiar por el de Puerto Nuevo.
En 1990 la Municipalidad de Campana dona al club 4 hectáreas de tierras fiscales para la construcción de su estadio, que se inaugura en 1997.


El único ascenso en su haber es el del año 94 a Primera C, donde sólo jugó una temporada y volvió a la D.
En el año 2002 el club firma un convenio de cooperación con la Liga de Fútbol Profesional Boliviano. Como parte del acuerdo el club debía cambiar su nombre por el de Puerto Nuevo Boliviano, pero debido al poco tiempo que duró la iniciativa este cambio no llegó a realizarse oficialmente.


Desde su afiliación a la AFA, Puerto Nuevo jugó de local en el Estadio Municipal de Campana, ubicado donde hoy se encuentra el Parque Urbano Ing. Roberto Rocca (y a pocos metros de la antigua sede del club, en la calle Sívori).
En 1991 la AFA inhabilita el estadio, y Puerto Nuevo pasa a jugar de local en la cancha de Villa Dálmine hasta 1997, cuando inaugura su estadio propio.
El estadio lleva el nombre de Carlos Vallejos, uno de los miembros del grupo fundador del club (en el que también estaban sus hermanos Julio y Demóstenes). Se encuentra en la calle Viale 159, a unos 300 metros del cruce entre la nueva Ruta Provincial número 6 y la Ruta Nacional número 9 (a la altura del km. 73 de esta última).

Fútbol y trenes


La historia siempre los unió

Agosto de 1995. Por dos lógicas razones, casi siempre relacioné al fútbol con el ferrocarril, aunque una de ellas es mas bien personal, vinculado por la misma afición a los dos; la otra es que concretamente el fútbol nació al lado del ferrocarril: muchos clubes llevan el nombre olas siglas F.C. antepuesta a un nombre sentimental o local, muchas canchas se encuentran al costado de una estación, o cerquita. Muchas.
Cuándo se me ocurrió vivenciar ésta interrelación fútbol y trenes ?... una fría y destemplada tarde, acurrucado solitariamente en una espaciosa cabina, la primera contando desde a izquierda en cancha de Independiente de Avellaneda, cuando el estridente silbato de una locomotora, con su continuo pasar, herían la callada atmósfera previa al partido definitorio por el ascenso a Primera “C”, entre Victoriano Arenas y General Lamadrid.


Como de películas famosas, guardo en mi memoria, rápidas y efímeras imágenes de escenas vividas relacionando al tren con el fútbol... un amanecer de pueblo visto desde la ventanilla de un vagón dormitorio del ya retirado “El Luciérnaga”, que cubría el trayecto entre Retiro y Córdoba, al pasar por la localidad de Oncativo, próxima a la ciudad capital, pude divisar una canchita sin tribunas, pero seguramente convocante de todo el pueblo en un partido clásico entre clubes lugareños.

Una fría tarde de invierno, cuando una llovizna pertinaz desdibujaba el contorno de una formación del ex Ferrocarril Belgrano, que salía desde la estación Buenos Aires hacia un imaginativo tenebroso Oeste del Gran Buenos Aires... locomotora y vagones de madera con ventanillas sin vidrios o rotos, con el agua castigando impiadosamente a oscuros pasajeros. Una visión imborrable como premio de ir a ver un partido entre Liniers y Barracas Central en Olavarria y Luna. Y similar vista, coincidentemente, otra tarde destemplada al ir a presenciar el espectacular Luján del ‘91 en la cancha de Lugano.., la misma formación, las mismas caras resignadas de los pasajeros, la misma pobreza de horizontes, tal vez, o desde el mirador que es el palco de prensa del Deportivo Morón, cuando en cualquier partido, resulta hasta risueño ver como los trenes aminoran la marcha y los viajeros estiran sus cuellos para ver un pantallazo fugaz, y ocurre que a veces los maquinistas se asocian a la fiesta haciendo sonar el silbato.

Y tantas visiones de trenes en Independiente, Platense, F. C. Midland, F. C. Oeste, Atlanta, E. C. Urquiza, Juventud Unida al lado de la estación Muñiz, las tradicionales vías de cualquier curva muerta en cercanías de “La Bombonera”... Ni que hablar de Talleres de Remedios de Escalada, donde en sus inmediaciones existía el mayor reservorio de las viejas y añoradas locomotoras a vapor, al igual que en la estación Holt, en la provincia de Entre Ríos, donde seguramente Germán SopeFía, autor del libro “La libertad es un tren”, y Paul Theroux, mi autor preferido, hacedor entre otros títulos de “Pasajeros en los trenes de América”, “Pasajeros en los trenes del mundo” y “El gallo de hierro”, decía, en esos lugares respirarían con mayor pureza sus aficiones. Y precisamente Theroux, a quien debo la inspiración de haber escrito mi libro “Memorias de fútbol”, éste escritor norteamericano afincado en Inglaterra, supo y pudo plasmar en el papel todo el sentimentalismo, al igual que Sopeña, sobre los ferrocarriles, algo que mínimamente intenté con el fútbol.

Y siguiendo con las relaciones, el increíble Unión Apeadero, que en 1985 lograra luego de espectacular campaña el torneo de la Cuenca del Salado, con la participación de jugadores de jerarquía, ya veteranos, como el “Negro” Oscar Alberto Ortiz y el “León” Roberto Mario Expósito, cumpliendo una vez más con el adagio fútbol-ferrocarril.

Y si no, cuando alguien, desorientado, quiere encontrar una cancha, la respuesta invariablemente empieza con: “... de la estación, son unas...”.
¿ O no ?.

El partido ?, Ah !, la excusa de éstas elucubraciones... lo ganó el equipo de Valentín Alsina, con gol de penal del morocho Capelli, pero ésto, para quienes se identificaron con el relato que vincula a ambas pasiones, es totalmente secundario.



Foto: Cancha de Ferrocarril Urquiza ... Obviamente, con fondo ferroviario.

Por Daniel Console
(Capítulo extraído del libro MEMORIAS DE FÚTBOL Y ASCENSO)

Chaco For Ever a Primera


Nacional de 1988: Lanús estuvo en el primer puesto en la mayor parte de su desarrollo y llegó a tener ocho puntos de ventaja sobre Chaco For Ever en la vigésima fecha. Pero la notable reacción del albinegro le permitió superarlo en un punto, pues lo venció por uno a cero en la jornada final. Con 22 equipos se disputó el campeonato Nacional 1988/89. Al cumplirse la séptima fecha Lanús ocupaba el primer puesto y logró afianzarse en él. En la undécima fecha Chaco For Ever estaba entre los últimos, en la decimonovena fecha For Ever estaba a nueve puntos. La tarde en que termino la primera rueda, el Negro derrotó a Lanús en la cancha del sur. En la fecha número 30 ya alcanzó el segundo puesto en gran reacción, a pesar de que el Granate le llevaba 6 puntos, la que fue descontada por el albinegro hasta ubicarse a un punto de el equipo sureño en la penúltima fecha. Con esa mínima ventaja Lanús visitó el Chaco para definir las cosas, perdiendo uno a cero con gol de Di Marco de penal, consagrándose Campeón. El equipo campeón fue: Di Marco, Valdez, Freyre, Ferlatti, Sperandio, y Parrado. Cravero, Noremberg, A. Fernández, Luis Sosa y Rosas.
Luego permaneció en la A dos temporadas volviendo a disputar un par de años el Nacional hasta recalar en el Torneo Argentino B en el que compite actualmente.