El hincha que nació antes que su club.

Este 31 de Julio de 2007 sin dudas que marca otro de esos acontecimientos que nos hacen “diferentes” al resto. Porque hace nada más y nada menos que 100 años nacía Don SANTIAGO PRICCO. Un nombre y un apellido que hablan por sí solo en la historia del club, una vida dedicada al Salaíto y que sin dudas hoy merecerá el reconocimiento de todos: de sus familiares, de los que lo conocen, de los hinchas Salaítos y sin dudas de la ciudad, ya que se trata de uno de los socios vivo más antiguo de alguno de los clubes de la ciudad. Quizás exista otro, es probable, pero quizás también no tenga el amor que Don Santiago le ha dado a la institución a lo largo de su vida.



Santiago Pricco nació antes que Argentino de Rosario, digamos que se le adelantó unos 5 años, pero ya desde pequeño tuvo amor por el club. Hizo de todo: fue arquero de la institución durante varios años, alternando con su trabajo en el Ferrocarril, llegando incluso a integrar combinados rosarinos que por aquella época jugaban contra los porteños. También fue técnico de la Divisiones Inferiores, fue utilero, cobrador, canchero y durante más de una década integró las comisiones directivas.



Si bien hace algunos años que por razones de salud no concurre a ver los partidos, recuerdo haberlo visto infinidad de veces en el Olaeta, primero caminando, luego llevado por su hijo y por su nieto, sentado contra el tejido en algunos de los costados de la cancha. Recuerdo una vez haber estado al lado de el en un partido, no hace muchos años, y haberme llamado la atención el hecho de conocer a todos los jugadores por su apellido, y de estar permanentemente alentando y gritando por su Argentino. Es muy conocida en el club una anécdota por demás de graciosa y que pinta de cuerpo entero su amor incondicional por la divisa alba: un día enojado con la actuación de un juez de línea no tuvo mejor idea que pasar su bastón por el rombo del tejido y desde su silla tratar de “hacer entrar en razones” a semejante lineman que estaba perjudicando a su Salaíto, quizás por haber cobrado un offside que no fue!.


1 comentario:

Anónimo dijo...

estas historias son increibles...
saludos