El Negro Enrique


Uno de los mejores número 8 que se recuerde en el fútbol argentino es Hector "El Negro" Enrique; mezclaba garra y sacrificio con técnica y calidad, cualidades perfectas para el puesto.
Todos recuerdan su paso por el mejor River de la historia, ganando campeonatos locales, Copa Libertadores e Intercontinental. También su gran aporte a la Selección Argentina que brillara en México 86, junto a Maradona, Burruchaga y Valdano entre otros.
Pero... pocos saben que "El Negro" debutó oficialmente en la cuarta categoria del fútbol argentino, en la C.
Sí, surgido de la cantera de Lanús, en el peor momento de la entidad granate (en quiebra y con varios descensos consecutivos) Enrique debuta en la C en 1981. Y ese mismo año logra el ascenso a la B. Ya estabilizado en el equipo titular en Primera B, tiene actuaciones descollantes, y en el 83 River le compra el pase a Lanús.
Después viene su etapa más reconocida en River y la Selección Nacional, hasta que varias lesiones en la rodilla complicaron su carrera. Y luego de casi tres años sin jugar, se desvincula de


River en el 90 por diferencias con Daniel Passarella, técnico en aquel momento.
Estuvo en el Deportivo Español un año para volver definitivamente al club de sus amores en 1991, cuando "el Grana" descendió al Nacional B por última vez.
Fue uno de los cimientos en los que se basó el gran campeón del 92 y llegó a decir que su vuelta a Primera con Lanús era tan importante como el campeonato de México.
Hector, "El Negro" para la hinchada, siempre llevó a Lanús en su corazón. Y tanto amor por la granate, es correspondido por la hinchada, que lo ama y lo idolatra como una de sus máximas figuras.
En 1993, después de haber jugado una temporada con el Lanús en Primera, "El Negro" decidió decirle adiós a su gloriosa trayectoria como futbolista. Mezcla de habilidad y genialidad con sacrificio, Enrique fue un jugador excepcional, pocas veces visto.



Fuente: http://www.lanus.com.ar/

1 comentario:

Eternauta dijo...

¡IM PRE SIO NAN TE! De los mejores 8 que vi en mi vida. Un crack con todas las letras, al que no se le caían los anillos si se tenía que tirar al piso para recuperar una pelota (recuerden el sensacional quite previo al gol del Tanque Funes en la final de la Libertadoresd del 96). Alto blog, muchachos, me estoy volviendo adicto a sus historias. ¡Sigan así! (?)

Picos