Néstor Retamar pensó lo obvio, lo que muchos hubieran pensado: me están jodiendo. "Me llamó un tipo, un tipo que yo ni conocía, diciéndome que me había visto en la televisión, que me tenía de ahí, que había conseguido mi número no sé cómo, y que, bueno, necesitaba mi ayuda". Retamar habla, cuenta, se recuerda, parece volver a asombrarse por haber estado con el celular en una mano, la cara de confusión, y el reflejo ahí, siempre ahí, "pensando en cortar, qué iba a hacer, hasta que el tipo me dijo que su hijo había dejado el estudio, que tenía 15 ó 16 años y que ya no iba ni al club a jugar al fútbol. Entonces me dijo: ¿Podría llamarlo para darle ánimo? Estoy desesperado, sólo usted lo puede motivar. El chico no sabe qué hacer de su vida'. ¿Te digo la verdad? Me largué a llorar. Te juro que se me llenaron los ojos de lágrimas".
-Y lo llamaste.-?
Y cómo no. "Me gustan tus charlas", me decía el pibe, emocionado, y ahí le tiré que tenía que volver a la escuela, que hay que seguir, en la vida siempre hay que seguir. "Pero mirá que te llamo en 20 días, ¿eh? Mirá que me tenés que contar", le insistí. Y a los 20 días, bueno, lo volví a llamar: me dijo que había vuelto a la escuela, al club, y que tenía pensado estudiar el profesorado de educación física. Después se vino un día para una práctica, nos conocimos. Los ojos llenos de lágrimas tenía yo... La televisión, qué fuerte es la televisión...
Anécdoda contada por el mediático Néstor Retamar, ex técnico de Atlas en una nota para Olé.
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1 comentario:
como vende humo este muñeco, por favor!
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